Me han pedido que me presente y no sé por dónde empezar. Que nací en San Juan, que me crié en un hogar de clase media, que estudié mis primeros seis años escolares en “la pública”, que luego ingresé a colegio y que me formé en la Escuela de Comunicaciones de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras, de donde me gradué en el 1983.
Que trabajé en el Diario La Prensa en Nueva York, en los periódicos El Reportero y El Mundo y en la revista TVyNovelas. Que de repente, me vi convertida en agente de prensa de Luis Enrique y de Gilberto Santa Rosa, iniciando así una carrera como Relacionista que me llevó a laborar 23 años con la discográfica Universal Music Latino y a llevar las riendas de las Comunicaciones en nuestro mercado para artistas como Luis Fonsi, David Bisbal, Juanes, Jen Carlos Canela, Sebastián Yatra, Antonio Orozco, J Balvin, Gloria Trevi y muchos más, así como de llevar de manera independiente las de Luis Enrique, Gisselle, Melina León y muchas otras del mercado local.
Presentada quedo...
Pero bueno, cambiemos el tema y hablemos de mis 40’s, esa década en la que se me disparó la vida y a la que entré con una niña agarrada a cada pierna y un niño pegado a cada teta. Al lado mi marido, agarrándome con fuerza para enfrentar juntos un tramo de locura que veintitrés años después no ha cambiado.
Parí gemelos, falleció mi suegro, mi madre, mi suegra - en ese orden - y vivía entre correteos y malabares para dividirme entre mis roles de esposa, madre de cuatro y relacionista de la industria del espectáculo. Y que les quede clarísimo: las mujeres somos todo a la vez, todo. ¿Complicado? Pues sí, complicadísimo, extenuante, a veces triste, intenso, doloroso y otras excitante, retante y divertido.
Al fallecer mi madre me instalé en un limbo emocional del que pude salir al darme cuenta, de golpe y porrazo, de que había pasado 44 años atendiendo a los demás y no no estaba incluída. No tenía un proyecto de vida, algo de mi para mi. Y decidí escribir, abrazar el ejercicio de expresarme por escrito a modo liviano, de cháchara y compartir los cuentos que le cuento a mis amigas. Todo comenzó en Facebook bajo el nombre de Cuarentaytantos (así, todo junto como la sambumbia de mi vida), después Cincuentaytantos y al filo de los 60 dije, okey, no puedo seguir cambiando el título cada diez años. Se llamará Titantos.
Entonces me topé con que al otro lado de esa red miles de mujeres - de titantos años - opinan, piensan y viven lo mismo que yo…se fajan, luchan, lloran, gritan y ríen al igual que yo… sienten ganas, pasiones, miedos e ilusiones como siento yo… son lanzadas, atrevidas y pizpiretas como lo soy yo. Todas somos una y una somos todas. Vivimos - unas primero y otras después - lo mismo. Eso nos unió y de alguna manera que todavía me parece extraña, me convertí en su voz.
A los 50 comencé una nueva aventura: la televisión. Mayorcita, pasadita de libras y para nada bonita - a diferencia de las pimpollas maravillosas de los programas - a varios productores le interesó mi bocota opinionada y lo que como mujer adulta y común y corriente tenía para decir. De Tu Mañana pasé a Los Seis de la Tarde, de ahí a Una Buena Tarde y desde hace cinco años a Noticentro al Amanecer. Me convertí en la “señora esa de la tele” y he tenido la fortuna de motivar a vivir intensamente y provocar reacciones, desde la risa hasta la indignación. En el 2022 me certifiqué como Coach de Vida especializada en Resiliencia en el International Coaching Institute Puerto Rico.
Titantos, mientras tanto, se convirtió en dos libros y en una puesta en escena, un espectáculo para mujeres y, como somos inclusivas, hombres con babilla que se atrevieran a asistir. Recuerdo aquella primera vez en Punto Fijo, junto a Myraida Cháves y Marilyn Pupo. Me integré al escenario para leer junto a ellas porque no teníamos presupuesto para pagarle a una tercera. “Y nadie mejor que tú porque son tus cuentos”, me sentenció la productora Laura Homar. Me tembló hasta el pelo pero me lo pasé bomba, espectacular. Al final de cada función, cuya taquilla casi regalábamos, pagábamos los gastos y lo que cobrábamos era una bandeja de frituras - calientitas y sabrosas - y un par de tragos.
Ya después se incorporaron al show Lizmarie Quintana, Keyla Hernández, Giselle, Normando Valentín y Aixa Vázquez, bajo la dirección de Emineh de Lourdes, la producción de Tanya Ramos, y actualmente en sociedad con Rafo Muñiz. Titantos se ha convertido en un exitoso espectáculo que ha llenado funciones de un público de mujeres adultas a quienes les encanta janguear, reir y sentirse retratadas en los relatos narrados en el escenario.
No puedo dejar de contarles que a los 60 debuté en la abuelitud. Soy una abuela pandemial y agradecida por la sacudida que me ha dado este nuevo amor. Catalina, que así se llama mi nieta mayor, ha sido el empujón que me faltaba para disfrutarme a plenitud lo que me quede de vida. En el 2023 llegó Lucía, mi segunda nieta, que me lleva al borde de la locura del amor intenso y desmesurado.
Así que voy balanceándome entre mis roles de esposa, madre de dos mujeres y dos hombres, abuela de dos, bloguera, autora, relacionista y ahora, culitrinca de nervios, a punto de presentar mi tercer libro “A Mover el Culete”, que promete llegar con una buena dósis de humor y de la cotidianidad vista a través de los ojos de una mujer.